Por: Federico Tiralongo

  • La fidelización o lealtad del cliente con nuestra empresa es hoy en día un factor fundamental para la buena marcha de un negocio, ya que de lo contrario no podremos beneficiarnos de ventajas como:
  • Retener clientes, que es siempre mucho más económico que conseguir nuevos, puesto que no es necesario poner en marcha acciones de marketing muy costosas, las cuales no siempre garantizan el retorno de la inversión.
  • Con la fidelización de clientes se consiguen, obviamente, más ingresos, que luego pueden utilizarse para cubrir gastos fijos o emprender nuevas líneas de negocio.
  • El cliente fidelizado no acude a la competencia, lo que nos ayuda a debilitarla.
  • Por otro lado, de los clientes fidelizados tenemos información muy valiosa que nuestros competidores desconocen, lo que nos sitúa en una situación ventajosa.
  • Permite aumentar tanto el ticket medio como la frecuencia de compra.
  • El cliente fidelizado tiende a convertirse en un “evangelista” de nuestra marca, es decir, nos va a recomendar en cuanto tenga ocasión.

 

La fidelización en la vida real

 La fidelización en la vida real, con gente: amigos, colegas etc.  es tan importante como la de tu marca en el mundo del marketing.

Hoy en día,  a veces nos cuesta confiar en alguien, pero la única manera para poder ir adelante con todos los sentido de tu vida, es el factor simpatía y empatía. En el mundo puedes ser la persona más inteligente y capaz de solucionar problemas difíciles, pero pocas personas son tienen las 2 cualidades.

Unas de las claves que deben tener las compañías, es trabajar sobre estos mensajes, ser solidarios y tener cercanía con los clientes, dando a entender que están dispuestos a todo por el bien de ellos.

 

 

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