Las mil y una cosas del ecommerce por cortesía de los alumnos del #MMDD15.

Las cifras dan vértigo. Es un espacio de cuatro millones de metros cuadrados. Allí se venden la mitad de las cremalleras del mundo y 8 de cada 10 adornos navideños. Es el mayor supermercado del mundo. Está en una ciudad que el gobierno chino creó con el único objetivo de vender. Se llama Yiwu y desde allí salen cada año 782.000 containers que viajan a los destinos más insospechados. Pese a estar localizada en el interior, la mayor parte de estos containers viaja por mar. Que la mercancía navegue tiene un inconveniente: el tiempo de entrega.

Por eso hace tan sólo unas semanas, el gobierno chino organizaba un viaje en tren. El resultado es como para marearse en tierra. Durante 18 días, 1,4 toneladas de productos de lo más variados viajaron 13.000 km. En el cuaderno de a bordo de un turista, esto supondría haber atravesado 8 países y hacer 3 cambios de vía. Toda una aventura para probar un imposible: acelerar el tiempo. El gobierno chino anda a la busca de un sueño. Buscan hacer lo mismo (entregar la mercancía a sus compradores) en la mitad del tiempo. Es el mismo sueño que cualquiera pondría en lugar destacado al diseñar un proyecto de ecommerce.

En ese lugar destacado, junto a la logística de la entrega, también incluiríamos ofrecer el precio más competitivo y un número interminable de clientes fieles que nos dejaran todos los datos sobre sus hábitos de compra. Los imaginables y también los inimaginables. Pero, podría ser que este fuera un planteamiento equivocado. De hecho, en la totalidad de los mapas conceptuales que describen un proyecto de ecommerce diseñados por los alumnos del #MMDD15, estos elementos no sólo no están entre los de mayor relevancia, sino que casi podríamos decir que pasan desapercibidos.

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El equipo “Tetrix” lo explicaba de manera muy gráfica: lo importante es que todas las piezas encajen y luego le ponían la magia de la dinámica de compras: hay que sorprender al consumidor. Los “Huevones” completaban esta idea con una reflexión en formato triángulo no menos importante: “el equilibrio, lo que importa es diseñar un proceso donde todos los elementos (clientes, punto de venta y modelo de negocio) dialoguen de manera equilibrada”. Y para cerrar esta lista de destacados, los “Apasionados” explicaban que es necesario “ser emocional“. Una idea que confirmaban los “Corazones Partíos” que demostraban cómo desde el “buen rollito, la tolerancia al error y la estima se puede construir un modelo de venta online de referencia”. Luego, el equipo de la “Brújula Dorada” reflexionó sobre una idea fascinante: el proceso dinámico. Una idea que los astronautas del equipo “Apolo XV” hicieron despegar de manera impecable. Los astronautas cerraron la reflexión con un toque magistral: la relevancia de ir de lo más pequeño a lo más grande.

Ya de vuelta a casa y con esa distancia llena de melancolía que supone revisar los apuntes de clase durante la tarde del domingo, no pude evitar un pensamiento: si el gobierno chino quiere gobernar sobre el tiempo para acelerar las ventas del mayor supermercado del mundo, lo que tendría que hacer es venirse a las clases de ecommerce y dejar que los alumnos le explicasen el método de “los tres huevitos”.

Luis les podría explicar su receta de “omelette a la ecommerce” donde destaca por encima de los ingredientes un elemento fundamental: escuchar y observar al cliente. Mario les entregaría un pergamino donde destaca esa obsesión que hemos perseguido durante las clases: “el ecommerce no es sólo construir un punto de venta más, es entender que tenemos un nuevo sistema de distribución“. Alejandra lo explica de mil colores y nos recuerda que “precio no es lo mismo que valor“. Rubén, con una letra bien apretujada que todo esto va de “cuidar al cliente sin perder de vista a la gallina de los huevos de oro o lo que es lo mismo, la cuenta de resultados“. Judith nos recuerda que “para generar un flujo de ventas es imprescindible desarrollar la propuesta de vinculación emocional junto con los hábitos de consumo“. Aritz dibuja un mundo interconexionado donde lo realmente importante es entender que “el mundo ha cambiado y esta es la razón por la que hemos de pensar diferente“. Rafael me deja sin palabras. Su mapa no podría ser más sencillo y a la vez más completo. Lo ilustra con una única idea que tiene un tal Humpy: “del éxito rara vez se aprende“.

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Como no podía ser de otra manera Gemma reinterpreta los círculos. Los mete en una nube. Dentro hay una autopista para recordarnos la importancia de los elementos tácticos como el formulario y la pasarela de pago y ubica tres corazones, uno por cada “huevito”. Beatriu encadena unos rombos; casi parece una cadena de ADN. El efecto es magnético. Veo como “la pregunta” escala a lo largo de esta cadena perfecta que va desde los mercados, hasta la cuenta de resultados. Ana nos recuerda lo infalible del método “A la de 1, a la de 2 y a la de 3“. Mientras observo al pescador con el que ha ilustrado su mapa, no puedo evitar una sonrisa inmensa. Eva nos recuerda lo importante que es tener en cuenta la “economía colaborativa“. Tata ha diseñado un esquema inmenso y lleno de detalles. Uno de ellos me llama la atención. Dice: “no hay que vender como uno quiere sino como el usuario quiere comprar“. A Luisa se le olvidó entregar el mapa en clase y me envía una imagen por @. Veo que encima de su mapa conceptual y a modo de pisapapeles ha colocado unos huevos morenos. Sí, unos huevos reales, cada uno de ellos vinculado a los hilos conductores de los proyectos digitales: transformación, creatividad e innovación. En una esquina incluye una anotación importante: los tres “huevitos” se completan entre ellos.

Hoy que ya se han acabado las clases, leo en la prensa que mientras nosotros explorábamos y compartíamos conocimientos sobre el ecommerce, el tren con el que el gobierno chino quiere acelerar el tiempo ha llegado a Barcelona. Es una noticia que me habría encantado comentar en clase con los participantes del #MMDD15. Justo a la vuelta del descanso, cuando todos vienen bien alborotados.

Al empezar estas clases pensaba que podría ser que todos ustedes tan sólo quisieran hacer lo que el gobierno chino: acelerar el tiempo. Hoy sé que no es así. La generosidad con la que me han regalado su mirada me cuenta todo lo contrario. Los alumnos del #MMDD15 son capaces de mucho más que todo eso. Por mucho que los chinos tengan el mayor supermercado del mundo, lo que no podrán vender (ni fabricar) es algo que tienen todos ustedes. Los alumnos del #MMDD15 son capaces de detener el tiempo y crear un espacio donde todo es posible. Y que conste que no lo digo porque al final todos consiguieran entenderme mientras hablaba a la velocidad del rayo. ¡Suerte a todos con el hito #4!.

LOLA PARDO

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