Por: Hsinya Huang.
El uso de influencers en el marketing digital y en la publicidad es cada vez más frecuente. La ‘culpa’ de este fenómeno la tiene Internet. Los consumidores han adquirido nuevos hábitos de consumo, acceso a multitud de información y, por lo tanto, sus referentes son otros.
Antes, los consumidores únicamente veían como prescriptores a los famosos y celebrities del momento. Por eso mismo, muchas marcas los usaban en sus estrategias de marketing. Aprovechaban la afinidad de su target con el personaje y lo convertían en Brand Ambassador. Para las marcas era la única forma de asociarse con un famoso o una celebrity.
La aparición de los blogs y, sobre todo, de las redes sociales provocó un cambio radical en el panorama del marketing. Empezaron a surgir auténticos expertos en temas como la moda, la gastronomía, los videojuegos, etc. Hablamos de la llegada de los Bloggers, Instagrammers y Youtubers. Estos, además de ser expertos en la materia, aderezan sus conocimientos con grandes dotes comunicacionales. Pero, ¿tener un perfil en Instagram, Youtube o un blog te convierte por extensión en influencer en el marketing digital?
Tras el boom de los Youtubers, Instagrammers y Bloggers, muchos se han llegado a denominar influencers pero, ¿lo son realmente? Para aclararlo, definimos el concepto: ¿qué es un influencer? Nuestra compañera Gema Diego, responsable del departamento de Inbound Marketing lo describía en uno de nuestros post como: “aquella persona que por su conocimiento, posición o popularidad tiene la capacidad de influir sobre las acciones y decisiones de otros individuos.”
Influencers en el marketing digital: cómo y para qué
A la hora de incorporar un influencer a nuestra estrategia de marketing digital, lo primero que debemos hacer es identificar y seleccionar a la persona apropiada. Para ello debemos tener en cuenta ciertos aspectos:
- Identificar a la persona indicada. Esta deberá tener valores, tono y estilo similar a la marca. Además de valorar el grado de implicación que tendrá la persona escogida con la marca.
- Volumen de la comunidad. Número de seguidores, no es determinante pero sí debemos tenerlo en cuenta.
El engagement. Número promedio de likes y comentarios que maneja. - Tipo de contenido. Vídeo, post, videoblog… debe adecuarse el contenido que realiza con la estrategia que queramos llevar a cabo.
Marcas con las que trabaja. Con qué tipo de marcas ha hecho colaboraciones. Analizar en la medida de lo posible los resultados obtenidos y la imagen causada.
Lo que está claro es que hoy en día la opinión de la gente vale más que nunca. De hecho, un informe de Global Trust in Advertising elaborado por Nielsen señala que “el 66% de los consumidores afirma que confía en la opinión online de otros consumidores casi tanto como en la de su familia y amigos”. Y por consiguiente, ¿qué hay mejor que una recomendación de alguien al que admiramos y seguimos diariamente?
¿Cuáles son los beneficios de incorporar influencers en tu estrategia de marketing digital?
El tradicional boca a boca ha vuelto a nuestras vidas a través de las redes sociales y esto es un hecho. Por eso muchas marcas se han subido al carro convirtiendo a Bloggers, Instagrammers o Youtubers en altavoces de sus productos y servicios. Sabemos que este tipo de estrategias funcionan pero, ¿cuáles son los beneficios reales que nos puede reportar incorporar influencers en el marketing digital a nuestra estrategia?
La primera de las razones por las que es un acierto usar este tipo de estrategias es que ayudarán a mejorar tu visibilidad, posicionamiento y reputación de marca. Además de conseguir un mayor alcance gracias a la gran cantidad de fieles seguidores que les siguen día a día y los consideran interlocutores creíbles. Otra de las razones es que humanizarán tu marca, ya que la asociarán a una persona de confianza con la que tienen una cierta afinidad.
Al tratarse de una práctica cada vez más habitual, debemos tener en cuenta que los usuarios no se dejan engañar fácilmente. Por lo que debemos incidir en crear un contenido interesante, veraz y capaz de seducir a nuestro público para no acabar convirtiéndonos en una mala publicidad.
Fuente: Sumate