El feminismo y el marketing: ¿lucha colectiva o tendencia comercial?
Escrito por | Andrea Mena
26 de Abril 2023| Marketing
Hoy en día, el feminismo es un tema muy popular. Las redes sociales, la publicidad y las campañas de marketing han convertido el feminismo en una tendencia comercial. En este contexto, nos preguntamos si el feminismo se está vendiendo al mercado o si todavía es una lucha colectiva para lograr una sociedad más justa.
El feminismo ha sido una lucha histórica para que las mujeres tengan igualdad de derechos. Con el tiempo, el feminismo se ha transformado en un movimiento que busca la igualdad de género en todos los aspectos de la vida. Pero últimamente, se ha popularizado una versión del feminismo que se enfoca en el individualismo y no tanto en la lucha colectiva.Este feminismo individualista se basa en la idea de que cada mujer puede definir su propio feminismo y que todas las versiones del feminismo son igualmente válidas. Esta visión del feminismo diluye la solidaridad entre mujeres en la lucha contra la opresión patriarcal.
El feminismo individualista también se encuentra en la publicidad y en la moda. Las marcas usan el feminismo como un gancho para atraer a un público interesado en temas sociales. Utilizan eslóganes y hashtags feministas en sus campañas publicitarias para mostrar que están comprometidas con la igualdad de género. Pero muchas de estas marcas no siguen prácticas éticas y no se comprometen con las mujeres que trabajan en sus fábricas o que forman parte de su cadena de suministro. Además, muchas de estas campañas se enfocan en la idea de que el empoderamiento femenino se puede lograr a través del consumo de ciertos productos, en lugar de abordar las raíces sistémicas de la opresión patriarcal.
Un ejemplo es la campaña publicitaria de una marca de maquillaje que usó la imagen de una modelo con un ojo morado para promocionar su línea de correctores. La marca argumentó que la imagen era un “homenaje” a las mujeres que han sufrido violencia doméstica, pero muchas personas criticaron la campaña por explotar el dolor de las mujeres para vender productos. Otra marca de ropa usó el hashtag #SHEINtogether en sus redes sociales para promocionar su línea de ropa feminista, pero se descubrió que la marca tenía un historial de explotación laboral y de copiar diseños de pequeñas empresas de moda.
Incluso algunas celebridades han sido criticadas por usar el feminismo como una herramienta de marketing. Beyoncé es un ejemplo de cómo el feminismo se ha convertido en una herramienta de marketing. En 2013, la cantante usó en su concierto una pantalla gigante con la palabra “Feminist” en letras grandes. En 2014, Beyoncé lanzó su álbum homónimo, que incluía una canción llamada “Flawless”, que hacía referencia al discurso de Chimamanda Ngozi Adichie “Todos deberíamos ser feministas”. Además, Beyoncé lanzó una línea de ropa deportiva con la intención de empoderar a las mujeres.
Sin embargo, en 2016 se denunció que las prendas deportivas de Beyoncé se producían en condiciones laborales precarias en Sri Lanka. Esto muestra que, aunque Beyoncé pueda ser una defensora del feminismo, su compromiso con la causa no se traduce necesariamente en acciones concretas para apoyar a las mujeres en su cadena de suministro.
La modelo Kendall Jenner fue parte de una campaña publicitaria que usaba eslóganes feministas en sus camisetas, pero muchos señalaron que Jenner no tiene una trayectoria activista en temas de género y que parecía estar aprovechando el movimiento feminista para promocionar su imagen.
En resumen, aunque el feminismo se ha convertido en un tema popular y en una tendencia comercial, es importante recordar que el feminismo es, ante todo, una lucha colectiva para lograr una sociedad más justa. La solidaridad entre mujeres es fundamental para esta lucha, y es importante no caer en la trampa del feminismo individualista que diluye estos valores y los reemplaza por el consumo de productos “feministas”. Las marcas y las celebridades que usan el feminismo en sus campañas publicitarias deben comprometerse verdaderamente con la igualdad de género y con prácticas éticas en sus negocios, en lugar de utilizar el movimiento para su propio beneficio.