Ya no se trata de invertir en la imagen, sino que lo importante es cuidar la reputación de marca.

Nadie discute que hoy en día todos tenemos una doble identidad: la real y la digital. Nos relacionamos socialmente en ambos entornos de maneras diferentes, e incluso hay personas con las que sólo tenemos contacto a través de las redes sociales, de aplicaciones móviles como WhatsApp o Line, o de programas de videollamadas para ordenadores y tablets (Skype, FaceTime, Hangout…).

Esta revolución en la manera de comunicarnos ha llegado también al mundo empresarial. Poco a poco las compañías van entendiendo que ya no se trata tanto de invertir en imagen de marca, sino que lo importante es cuidar la reputación de marca, es decir, aquello que la gente dice de la marca.

Rafa Soto, director creativo y socio fundador de Herraiz & Soto, dice en una entrevista sobre publicidad, entretenimiento y marketing titulada ‘Ver la publicidad con otros ojos’, que es en el escenario de la reputación de marca, donde las empresas deben llevar a cabo acciones con un valor añadido para que la gente hable bien de ellas.

Es que aunque la ley que parece haber funcionado durante mucho tiempo en el mundo del marketing es: una relación cliente-marca tiene sentido siempre que haya un beneficio mutuo, ¿tiene sentido seguir manteniendo dicha afirmación en un entorno en el que a menudo no existe una diferenciación clara entre productos de la misma categoría?

Es aquí donde la reputación de marca, la relación que establece dicha marca con el consumidor y viceversa, entra en juego y se establece, en el mejor de los casos, una afinidad tal con el usuario, que hace que elija su producto por encima del resto.

Entonces, ¿cómo se construye la reputación de marca? Continuará…

Silvia Reyes

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