La reputación de marca es difícil de gestionar. Sin embargo, algunos parecen empeñados en destruirla, ¡sin siquiera pretenderlo!

“Algunos hombres sólo quieren ver arder el mundo”, decía Michael Caine en El Regreso del Caballero Oscuro de Nolan. La buena reputación de marca es un bien increíblemente preciado y requiere de muchos esfuerzos. Pese a ello, una acción mal enfocada puede tener daños colaterales imprevistos que acaben con ella.

Te comparto  los facepalm o momentos de exasperación más destacables de las campañas de marketing del mundo del videojuego:

Rituales paganos y sacrificios animales

No, no es broma. Es literal. Sony montó una fiesta pagana durante el lanzamiento de God Of War II en 2007.

El esperpéntico espectáculo incluía a un sacerdote ataviado con pieles, modelos semidesnudas y… si, una cabra degollada. Si la suma de factores no resultaba suficientemente bizarra, a los asistentes se les invitaba a comer del interior de ésta.

¿El resultado? Una polémica como pocas se recuerdan en el sector. Sony tuvo que pedir disculpas públicas e intentó eliminar todo rastro del nauseabundo espectáculo.

Cuando el marketing es tóxico… para el medio ambiente

En 2011, THQ presentaba en la Game Developers Conference su esperado juego Homefront. Y  qué mejor forma de hacerlo que compartiéndolo con los ciudadanos de San Francisco. Para lograrlo, ataron flyers promocionales a miles de globos rojos y los soltaron por toda la ciudad.

Los ciudadanos de San Francisco no tardaron en mostrar su lado más irascible, al ver como los globos flotaban en la bahía. Pese a las quejas y acusaciones de contaminación, THQ se limitó a comunicar que el compuesto era 100% biodegradable.

La compañía ignoraba que los animales podían comer su acción promocional, sobre todo teniendo en cuenta que ya se habían dado casos de asfixia en delfines y tortugas a causa de globos.  Las quejas fueron en aumento hasta que THQ tuvo que mover ficha: de nuevo un directivo salía a pedir disculpas y anunciaba que la firma pagaría a una empresa de limpieza para recoger sus malditos globos.

Con minifaldas y a lo loco

Curiosamente, meses antes un informe de la Entertainment Software Association señalaba la escasa representación de mujeres en la industria del ocio electrónico.

Pero nada de eso pareció importar. Durante la Game Developers Conference de 2016 Microsoft organizó una fiesta (otra vez no…) con barras de estriptis y bailarinas con uniforme de colegiala. El uniforme lucía los colores representativos de Xbox One. “No olvidemos el código visual de nuestra marca”, pensaría el responsable de marketing.

La polémica al día siguiente estaba servida. Se acusó a la marca de machista y sexista, muchos invitados mostraron su repulsa por el evento y miles de jugadores manifestaron su decepción en redes sociales. Microsoft, horrorizada por la repercusión, aseguró que no se volvería a repetir y se vio obligada a hacer un comunicado en contra del sexismo en la industria.

¿Te acuerdas de alguna situación parecida? Deja tu comentario 😉

Sergi Fernández.

 

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